Para muchos de nosotros, el mundo felino es un auténtico misterio. Sin embargo, para saber lo que siente o piensa un minino en cada momento basta con observarle y conocer su lenguaje corporal. Presta atención a los siguientes consejos para comprender mejor a tu peludo.

La cola es la clave
La cola es el mecanismo de comunicación principal de los gatos, pues con un solo movimiento pueden expresar importantes emociones e incluso advertir de un ataque. Resumimos brevemente cada una de sus posturas:

1. Movimientos laterales. Si el minino mueve suavemente la cola de un lado a otro, no está de buen humor. Si estos movimientos se vuelven rápidos, lo más probable es que esté enfadado e incluso pueda llegar a atacar.

2. Cola rígida. Es sinónimo de expectación o nervios, pero no tiene por qué reflejar nada negativo.

3. Cola hacia arriba. Expresa felicidad y bienestar. Muchas veces es la señal que utilizan para pedirnos caricias.

4. Cola hacia abajo. Refleja tristeza o simple desinterés. Si tu minino mantiene continuamente la cola hacia abajo, debes observarle por si sufriera algún problema físico o psicológico.

5. Cola entre las patas. Es señal de miedo o frustración. Cuando el gato realiza este gesto de forma ocasional, no es preocupante.

6. Cola erizada. Es una muestra inequívoca de enfado o miedo. La cola erizada suele ir acompañada de bufidos, orejas hacia atrás y espalda arqueada.

Atención a los ojos y orejas
Los ojos y orejas de tu gato te dan mucha información sobre su estado de ánimo. Una mirada fija y atenta, unida a unas orejas erguidas, indica una máxima atención. Pero si el peludo mueve las orejas hacia atrás y bufa, sin duda está enfadado.

Por el contrario, parpadear lentamente y agachar levemente las orejas es una señal de tranquilidad y bienestar. Si a esto se suma un suave ronroneo, el minino se encuentra completamente feliz en ese momento.

Marcaje olfativo
Como puedes ver, los gatos son muy expresivos y no es difícil intuir sus emociones. Sus señales corporales son infinitas, pero vamos a concluir con una de las más importantes: el marcaje olfativo.

Hablamos de esos momentos en los que tu gato frota su cuerpo insistentemente contra ti. Además de ser una señal de cariño, es una forma de marcar lo que es suyo. Es decir, te impregna con su olor para dejar claro que eres de su propiedad. Curioso, ¿verdad?

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