La amistad no entiende de razas ni de especies. Por eso, historias como la que te contamos a continuación nos emocionan y nos sacan una gran sonrisa.

George y Blake
George y Blake fueron los mejores amigos durante más de 12 años. Se criaron juntos y compartieron juegos, premios y paseos. Pero desde que Blake falleció, su amigo George se encuentra profundamente deprimido y sin ganas de vivir. Tanto es así que ha sido diagnosticado con depresión y ha estado a punto de morir dos veces.

Donald al rescate
Sin embargo, el destino tenía preparado un ángel de la guarda para George. Un buen día, un pato salvaje apareció en el jardín de su casa y sin saber por qué, comenzó a seguir a George a todos lados sin separarse de él.

Al principio, el perro se mostraba indiferente ante su presencia, pero poco a poco el pato fue ganándose su atención. Ahora, se han convertido en grandes amigos y pasan todo el día juntos. Tanto es así que la dueña de George decidió adoptar al pato, al que llamó Donald.

El cambio de George
Desde su llegada, la mujer asegura que George se mueve más, tiene un aspecto más animado e incluso sale a pasear por las mañanas.

Parece que lo suyo con Donald fue un flechazo a primera vista porque ¡hasta duermen en la misma cama!

¿Será que Blake se ha reencarnado en Donald? No lo sabemos, pero lo que sí tenemos claro es que historias como esta nos demuestran que la amistad no entiende de tópicos y que en amigo puede convertirse todo aquel que se lo proponga.

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